Cuando un taxista del aeropuerto me robó un millón en Ho Chi Minh, Vietnam
Actualizado en: 31/08/2023 | Disclosure
Corría finales del año 2022, feliz de visitar un país como Vietnam por primera vez, me dispongo a aterrizar en Ho Chi Minh, la antigua Saigón. Nuevo país, nuevas experiencias. A pesar de mi usual planificación previa se me olvidó reservar el primer trayecto en taxi desde el aeropuerto al hotel, craso error. Como normalmente no he tenido experiencias horribles, más allá de recibir precios inflados, tampoco le di mucha importancia.
Así que me dispuse a hacer la rutina habitual: inmigración, cajero, tarjeta SIM y… taxi. Salgo al exterior de la terminal sin mucha idea mientras coloco mi hotel en el móvil para enseñárselo al conductor, veo un logotipo de taxi en una señal metálica, asumo que es un stand oficial del aeropuerto, pregunto si usará taxímetro, me responde que sí y doy por finalizada la tarea. Todo ha parecido rápido y sencillo. Se ofrece a ayudarme, coloca mi mochila en el asiento trasero (tendrá el maletero estropeado?) y me invita a sentarme de copiloto, acepto. Un poco de small talk nunca viene mal para empezar.
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A pesar de que la distancia entre aeropuerto y hotel no llega a 9 kilómetros Google Maps indica que serán 35 los minutos, paso los primeros quince entre ojeando el teléfono y respondiendo las preguntas del amable conductor (España, fútbol, vacaciones; lo típico). De pronto levanto la cabeza. Miro el taxímetro, sobrepasa los 400.000 dongs, recuerdo haber leído online que hasta el distrito 1 sería algo entre 150 y 250 mil -6 y 10 euros-, de forma súbita entiendo que el taxímetro está trucado y todavía nos queda medio camino. Una nueva experiencia.
Empiezo a decirle al conductor lo que él ya sabe y me caliento, más y más. De pronto el hasta ahora bilingüe conductor deja de comprender el idioma de Shakespeare, me caliento aún más. Le pido la licencia del taxi, no comprende, miro a mi alrededor y solo veo una pegatina con números y letras en el parabrisas, le hago una foto pensando en que servirá de algo. Noto que el taxímetro ya no sube tan rápido como lo ha hecho mientras estaba distraído y el taxista me ofrece un descuento, en total serán 400.000 dongs, no quiero discutir más y acepto el robo.
Todavía nos quedan unos minutos hasta el hotel, el conductor me dice que tengo que pagar un diminuto extra de 10K VND por la tasa del aeropuerto, le digo que lo dé por incluído en los 400K que le voy a pagar, me responde que no, que debe ser en un billete pequeño. Insiste e insiste, en ese momento no entiendo nada y le muestro lo que él ya sabe, no tengo billetes pequeños porque acabo de llegar al país, he sacado dinero en un cajero que solo suministra grandes. Estoy a unos escasos centímetros de él, intenta buscar los dichosos 10K en mi cartera mientras yo la sujeto pero, como él ya sabe, no los encuentra.
Una y no más. La próxima vez que visite Ho Chi Minh reservaré online con antelación mi traslado desde el aeropuerto. Tanto Welcome Pickups como 12go.asia ofrecen servicios económicos, confiables, espera de cortesía y un lindo cartel con tu nombre 🙂
Llego al hotel, intento olvidar el asunto mientras me dispongo a pagar mi estancia. De pronto veo que no tengo suficiente dinero para hacerlo, hago los cálculos de cuanto he sacado, coste de las tarjetas SIM, el taxi… me falta un millón de dongs, el taxista me los ha robado. Que cabrón pienso, no le bastó con trucar el taxímetro que encima tiene manos de mago.
Le digo a la recepcionista de Chill Suites lo que me ha pasado y que le pagaré cuando vuelva al hotel tras haber visitado un cajero, no hay problema me dice. ¿Tienes identificación del taxi? me pregunta. Le digo que casualmente sí, que hice una foto al descubrir que el taxímetro estaba amañado. La mira y dice: Oh, esta compañía siempre es así, déjame que les llame. Le doy las gracias por el esfuerzo en vano que va a realizar y me voy del hotel a descubrir (y sacar dinero) la ciudad.
Al cabo de unas horas vuelvo al hotel dispuesto a pasar mi primera noche en Vietnam, el trabajador de seguridad que ayuda a aparcar la moto me grita con una sonrisa: Your money, your money. No entiendo lo que quiere decir, es imposible. Subo las escaleras, me dirijo a recepción y recibo un pequeño sobre con un millón de dongs dentro. No sé como lo ha hecho pero ha conseguido que el taxista vuelva al hotel a devolver el dinero. Él dice que se me había caído en el suelo del taxi, que le hubiera gustado dármelo en persona. Miente, pero eso él ya lo sabe.
Una nueva experiencia.